Un gol de Pacovski y no mucho más | español | AS.com

9 de septiembre de 2015 09:11
El entusiasmo con que fue recibida la victoria de España en Oviedo fue calladas ayer en Macedonia. Ok, nos ganó, se llevó los tres puntos y con el empate entre Eslovaquia y Ucrania nos liderar el grupo. Pero el juego era insufrible, insoportable, imposible de ver. En Carrusel mientras bromeábamos acerca de lo que debe llamar nuestra atención de inflexión para el baloncesto, donde las cosas se volvieron peor, pero al menos eran más vibrante. Confieso que pensé que del Bosque refrescó equipo se veía bien para mí. Una oportunidad para brillar para un número de jugadores, pero ese número dejar que el toro de nuevo en el corral.
Sin embargo, tenemos que poner las cosas en perspectiva: En Oviedo, la victoria fue necesario, la calificación fue aún en juego y un año de ay se jugó lejos. El equipo de brillaban, incluso si el resultado no tiene el toque final a causa de la falta de disparos. Al menos ellos lo dejaron todo en la cancha. Esa noche era la fiesta y atrapados en el web público de la curiosidad fue, una vez más, Piqué. Él no era el único en el centro de atención, aunque. Un largo vuelo más tarde, el foco estaba en un país que se ha convertido en una zona de tránsito para los refugiados que huían de la barbarie de las acciones del Estado Islámico. Por último, un partido que fue tomado como ganado incluso antes de que se inició fue jugado.
Un partido que se resolvió muy temprano con una cruz desde la derecha que por la izquierda de pie de página que impactó en el marco, a continuación, pulse el lamentable Pacovski y entró. Después de eso, no pasó nada. Carvajal, Bernat, Isco, Cazorla y Mata, que vino a dar un poco de energía para el lado, trajo a poco a la danza, y Diego Costa de la muestra fue de nuevo todos los brawn y sin ningún beneficio. El juego se esfumó en la nada, con la única chispa brillante estampado a cabo por el árbitro italiano Tagliavento, quien descartó una perfectamente legal y acabado excelente gol de Alcácer, que había venido para Diego Costa. Nos quedamos con un triste gol en propia meta y una sensación de vacío en el interior.